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El Dios Escandaloso
Guido Pagliarino


Nueva ediciГіn corregida y aumentada por el autor: Muy a menudo no se estudian la historia del cristianismo ni su pensamiento genuino y la mayor parte de los creyentes practicantes, por no hablar de los demГЎs, no profundizan en la historia y la teologГ­a de su fe y muchos no saben exactamente en quГ© cree el que, con una sonrisa, demuestra que la fe viene directamente de Dios. Es enorme la diferencia entre la imagen divina neotestamentaria presentada en este ensayo y aquella figura, mГЎs omnipotente y castigadora que amorosa, en la que todavГ­a muchos creen, tanto entre los anticristianos como entre los creyentes, figura que, lamentablemente, se incluГ­a en las enseГ±anzas eclesiГЎsticas antes del Concilio Vaticano II, que ha dirigido de nuevo la mirada de la Iglesia hacia el cristianismo del siglo I.

En primer lugar, esto se ha producido gracias de los testamentos en sus idiomas originales y ya no con la imprecisa traducciГіn al latГ­n de San JerГіnimo. Lamentablemente, aun hoy no todos los creyentes siguen la lГ­nea conciliar, que es mГЎs o menos conocida por los no creyentes, y la idea de un Dios terrible sigue viva en ciertos entornos en la propia Iglesia: hay quienes continГєan enseГ±ando que hay que temer a Dios y servirlo con actos de culto, como a YahvГ© en tantos versГ­culos del Antiguo Testamento, siguiendo esa Ley bГ­blica (la Torah) que, por el contrario, San Pablo, en su epГ­stola a los GГЎlatas (Gal 3:19 y 3:25) afirma que existГ­a solamente como el siervo-pedagogo que tenГ­a el cometido de conducir a la escuela de Cristo. Ese siervo que lleva al niГ±o a la escuela ya es inГєtil despuГ©s de las enseГ±anzas piadosas del Maestro JesГєs, y ademГЎs es evidente que quien ama no difama, no roba ni hace otras cosas similares sin sentir un peso que le hace respetar la moral. Pero, segГєn los evangelios, a Cristo no le basta con que no se haga mal al prГіjimo: desea que se lo ayude segГєn el propio Ser y el Amor de ese Dios que nos ha revelado: un Dios completamente enamorado de los seres humanos hasta el punto de quererlos para siempre con Г‰l en su eternidad y que, por tanto, se pone a su servicio para este fin concreto. SГ­, el Dios-Amor del Nuevo Testamento presentado en este ensayo puede parecer escandaloso: un Dios que en JesГєs da ejemplo e invita a los cristianos de todos los tiempos a actuar como Г‰l.





Guido Pagliarino

El Dios Escandaloso – Ensayo



Copyright © 2020 Guido Pagliarino – All rights reserved to Guido Pagliarino – Todos los derechos son propiedad del autor – Libro distribuido por Tektime S.r.l.s. Unipersonale, Via Armando Fioretti, 17, 05030 Montefranco (TR) – Italia – P.IVA/Código fiscal: 01585300559 – Registro mercantil de TERNI, N. REA: TR – 108746



Guido Pagliarino



EL DIOS ESCANDALOSO

Ensayo



TraducciГіn de Mariano Bas

Guido Pagliarino

El Dios escandaloso

Ensayo

TraducciГіn del italiano al espaГ±ol de Mariano Bas



Originales en lengua italiana:

1a ediciГіn, Guido Pagliarino, В«Il Dio ScandalosoВ», ensayo, solo en e-book en diversos formatos, Smashwords Edition, В© 2015 Guido Pagliarino

2a ediciГіn corregida y aumentada por el autor, Guido Pagliarino, Il Dio Scandaloso, ensayo, Copyright В© 2018 Guido Pagliarino, libro y e-book, distribuida por Tektime



La imagen de portada fue creada electrГіnicamente por el autor Guido Pagliarino


AnГіnimo, Mosaico, siglo XI-XII, Гљltima cena, BasГ­lica de San Marcos, Venecia





«¡Cuánto tienes de discutible, Iglesia y aun así cuánto te amo! ¡Cuánto me has hecho sufrir y aun así cuánto te debo! (…) ¡Me has dado muchos escándalos y aun así me has hecho entender la santidad! No he visto en el mundo nada más oscurantista, más dañado, más falso y no he tocado nada más puro, más generoso, más bello. (…)  No, no está mal contestar a la Iglesia cuando se la ama: está mal contestarla escuchando desde fuera, como si uno fuera puro» «(…) una Iglesia donde la caridad y la solidaridad con el hermano obliga mucho más allá del culto y las purezas legales. Una Iglesia que sea el Evangelio. Una Iglesia que sea esperanza. Una Iglesia que sea amor. Se ha acabado el tiempo de las complicaciones, de los pesados arreos, de las cosas externas que distraen, de los estucos inútiles, de las procesiones infantiles».

В В В В Hermano Carlo Carretto






BREVE PRГ“LOGO DEL AUTOR


Al despedirme del lector en mi libro Cristianesimo e Gnosticismo: 2000 anni di sfida,[1 - Cristianesimo e Gnosticismo: 2000 anni di sfida, Prospettiva Editrice, 2003-2007. Descatalogado y cuyos derechos volvieron al autor el 1 de enero de 2008.] yo escribía: «El cristiano encuentra la paz en el corazón al seguir la figura evangélica de Cristo en la fe de que es Dios. Jesús dijo en torno al año 29: “Quien quiera ser el más grande que se haga el más pequeño y sirva a los demás”. Lo hizo él mismo a lo largo de su vida y hay un símbolo muy poderoso en el evangelio de San Juan, en el lavatorio de pies que Cristo lleva a cabo poco antes de la Pasión». Entreabría así una puerta sobre el argumento del Dios-Amor «el Dios es Amor: ho Theòs Agápe estín»[2 - 1 Jn 4:8 y 4:16.] al servicio de los hombres, un Dios con un mandil no solo neotestamentario, sino que ya asoma en la Antigua Escritura, como he explicado en el ensayo inmediatamente anterior a este, El viento del amor.[3 - El viento del amor: Una aproximación histórica a la revelación progresiva del Dios-Amor en el Primer Testamento, 2019, Tektime Editore © Guido Pagliarino.] Considerando estudios derivados del Concilio Vaticano II, hablaré también de este Dios-Amor según el Nuevo Testamento, según el cual la Revelación divina se cumple con Cristo: un Dios que en Jesús da ejemplo e invita a los cristianos de todos los tiempos a actuar como él: según los cristianos, siempre con pleno respeto a los creyentes hebreos, el Antiguo (o Primer) Testamento está incompleto, reclama una integración y ese cumplimiento, expuesto en los mismos libros neotestamentarios, se realiza en Cristo Salvador, que da claridad al sentido de los textos veterotestamentarios y, además, en cualquier caso, justifica su propia inclusión en la Biblia, como normalmente pasa con el Eclesiastés, un libro que, aunque no carezca de serenidad, parece pesimista y no se relaciona con la luz de Cristo, por lo que el cristiano reflexiona: «Sí, sin Jesús la vida sería precisamente la tragedia nihilista que cuenta el Eclesiastés»; a ese respecto, Giacomo Leopardi fue un gran lector del Eclesiastés y este libro, no teniendo el poeta fe cristiana, contribuyó a determinar, con otras fuentes, su pesimismo cósmico. La Palabra divina se revela progresivamente por medio de hechos históricos que han inducido a la reflexión teológica. El gobierno de la Historia por parte de Dios constituye la nota común entre el Antiguo y el Nuevo Testamento: considérese que, para la Iglesia, como expresó el Concilio Vaticano II en la constitución Dei Verbum, el Testamento sí está «inspirado y quienes lo generaron se inspiraron en la medida en que contribuyeron a su constitución» y no solo el Nuevo Testamento, sino también el Antiguo «es palabra de Dios y conserva un valor perenne», pero hay que tener en cuenta que los escritos del Antiguo Testamento «contienen también cosas imperfectas y temporales» y que «asumidas integralmente en la predicación evangélica, adquieren y manifiestan su significado completo en el Nuevo Testamento y, a su vez, lo iluminan y lo explican».[4 - Constitución dogmática Dei Verbum sobre la divina Revelación, nn. 14, 15, 16.] Siguiendo con la Dei Verbum,[5 - Ibíd. n. 12.] añado que «para extraer con exactitud el contenido de los textos sagrados, se debe atender al contenido y a la unidad de toda la Escritura». Así que presentaré la figura jesuánica del Dios que sirve a los hombres, destacando el contraste entre esta y aquella temible imagen divina castigadora que se dibujaba en las enseñanzas eclesiásticas antes del Vaticano II, concilio que ha dirigido de nuevo la mirada de la Iglesia hacia el cristianismo del siglo I, sobre todo con el estudio de los testamentos en sus idiomas originales y ya no con la imprecisa traducción al latín de San Jerónimo. Lamentablemente, no todos siguen la línea conciliar y la idea de un Dios terrible todavía sigue viva en ciertos entornos en la propia Iglesia y no solo entre los seguidores del reaccionario obispo Lefèbvre. Hay quien continúa enseñando sustancialmente que hay que temer y servir a Dios con actos de culto, como a Yahvé en tantos versículos del Antiguo Testamento, siguiendo esa Ley que, por el contrario, San Pablo, en su epístola a los Gálatas,[6 - Gal 3:19 y 3:25.] afirma que existía solamente como el siervo-pedagogo que tenía el cometido de conducir a la escuela de Cristo. Ese siervo que lleva al niño a la escuela ya es inútil después de las enseñanzas piadosas del Maestro Jesús, y además es evidente que quien ama no difama, no roba ni hace otras cosas similares sin sentir un peso que le hace respetar la moral. Pero, según los evangelios, a Cristo no le basta con que no se haga mal al prójimo: desea que se lo ayude. Acabo donde empecé, con el Dios revelado por Jesús, completamente enamorado de los seres humanos hasta el punto de quererlos para siempre con Él en su eternidad y que, por tanto, se pone a su servicio para este fin concreto. Para comodidad de quien no frecuente la Biblia más que ocasionalmente, he añadido un apéndice con las abreviaturas de los nombres de los libros bíblicos.



В В В В Guido Pagliarino




CAPГЌTULO 1

(EL DIOS QUE SIRVE AL SER HUMANO)



Bibliografía principal de este capítulo: AA.VV., Manuale di storia delle religioni, Gius. Laterza & Figli, 1998; Carlo Buzzetti y Carlo Ghidelli, Le tappe della lettura della Bibbia, Edizioni San Paolo s.r.l., 2003; Giulio Busi, Simboli del pensiero ebraico, Giulio Einaudi editore s.p.a., 1999; Gianfranco Calabrese, Il Signore che dà la vita – Identità e missione dello Spirito Santo, Edizioni San Paolo s.r.l., 1998; Giuseppe Casarin, «Simbolo, segno e sacramento, in Giovanni l’evangelista dalle ali d’aquila», número monográfico de la revista Credere oggi, nª 5/2003, Messaggero di Sant’Antonio editrice, octubre de 2003; Rémy Chauvin, Dios de las hormigas, Dios de las estrellas, traducción de Rafael Lassaletta Cano, Editorial Edaf, S.L., 1989; La civiltà cattolica (editorial del director de la revista, Gian Paolo Salvini), «Il giudizio particolare dopo la morte», cuaderno 3415, 3 de octubre de 1992; «L’inferno: riflessioni su un tema dibattuto», editorial, en La civiltà cattolica, cuaderno 3578, 17 de julio de1999; Alberto Maggi, Cómo leer el Evangelio y no perder la fe, Ediciones El Almendro, Córdoba, 2010; André Manaranche, Un amor llamado Jesús, Editorial Cultural y Espiritual Popular S.L., 1992; Daniele Menozzi, «La Chiesa cattolica», pp. 129-251 en, di AA. VV. (a cargo de Giovanni Filoramo y Daniele Menozzi), Storia del Cristianesimo, vol. IV, Gius. Laterza & Figli, 1997; Aldo Moda, «Linguaggi teologici del post-concilio», en Archivio teologico torinese, año 5, 1999, nº 2; Alviero Niccacci, La casa della sapienza, voci e volti della sapienza biblica, Edizioni San Paolo s.r.l., 1994; Ettore Paratore, «San Girolamo – L’età del Basso Impero», en Storia della letteratura latina, RCS Libri S.p.A., 2000; Liliana Rosso Ubigli, «La visione negativa della storia nell’ “apocalittica” giudaica», en «Leggere la storia come salvezza», número monográfico de Parola, Spirito e Vita – quaderni di lettura biblica, nº 1 enero-junio de 2003, Centro editoriale devoniano; Giuseppe Ruggieri, «Tempi dei segni e segni dei tempi: dalla Humanae salutis alla Gaudium et spes», en «Leggere la storia come salvezza», número monográfico de Parola, Spirito e Vita – quaderni di lettura biblica, nº 1 enero-junio de 2003, Centro editoriale devoniano; fuente en Internet: Catechismo della dottrina cristiana pubblicato per ordine del sommo Pontefice Pio X, en el sitio web del Museo San Pio X, http://www.museosanpiox.it/index.php (http://www.museosanpiox.it/index.php) en la página http://www.museosanpiox.it/sanpiox+Catechismodottrinacristiana. (http://www.museosanpiox.it/sanpiox%20Catechismodottrinacristiana)html; Alberto Maggi, texto de la conferencia «Vangeli: storia o teologia?», Archidiócesis de Ancona Osimo y Centro Pastorale Stella Maris – Colleameno de Torrette di Ancona en los días 22, 23 y 24 de febrero de 2002, en el sitio web http://www.studibiblici.it (http://www.studibiblici.it/) en la página http://www.studibiblici.it/conferenze/storiaoteologia.htm (http://www.studibiblici.it/conferenze/storiaoteologia.htm); Alberto Maggi, texto de la conferencia «Il Dio impotente», en Senigallia en la Scuola di Pace Vincenzo Buccelletti en los días 15, 16 y 17  de enero de 2003, sitio web Studi Biblici, página http://www.studibiblici.it/Conferenze/IL_DIO_IMPOTENTE.pdf (http://www.studibiblici.it/Conferenze/IL_DIO_IMPOTENTE.pdf)



Retrato del aspecto del Dios que sirve a los hombres presentado por JesГєs con la palabra y con su propio comportamiento a favor del prГіjimo.

Hay un enorme contraste entre esa figura y la temible imagen de Dios que se presentaba en las enseГ±anzas eclesiГЎsticas antes del Vaticano II, concilio que ha dirigido de nuevo la mirada de la Iglesia hacia el cristianismo del siglo I, sobre todo profundizando en el estudio de los testamentos, y del Nuevo en particular, indagando en sus idiomas originales y ya no en la imprecisa traducciГіn al latГ­n de San JerГіnimo.




El Dios que sirve


Estamos en la noche entre el jueves y el viernes de la semana en que cae la Pascua hebrea, en el mes de abril del aГ±o 30 (segГєn algunos, en el aГ±o 33: a este respecto, se puede acudir a mi ensayo JesГєs, nacido en el aГ±o 6 В«antes de CristoВ» y crucificado en el aГ±o 30: Una aproximaciГіn histГіrica, Tektime, 2020). La vida pГєblica de JesГєs estaba a punto concluir. Faltaban su pasiГіn y muerte y despuГ©s la ResurrecciГіn, aunque esta no se manifestarГЎ a todos: afectarГЎ solo a los apГіstoles y los discГ­pulos, es decir, a la primera Iglesia, que recibirГЎn de Cristo la orden de comunicar ellos mismos la buena nueva de Este como resucitado y salvador (leer, por ejemplo, Mateo 28:16-20) y de suscitar la fe en sus oyentes. Pedro afirma en el libro de los Hechos de los ApГіstoles del Nuevo Testamento: В«Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en el paГ­s de los judГ­os y en JerusalГ©n. Y ellos lo mataron, suspendiГ©ndolo de una cruz, pero Dios lo resucitГі al tercer dГ­a y le concediГі que se manifestara, no a todo el pueblo, sino a testigos elegidos de antemano por Dios: a nosotros, que comimos y bebimos con Г©l, despuГ©s de su resurrecciГіn. Y nos enviГі a predicar al pueblo, y atestiguar que Г©l fue constituido por Dios Juez de vivos y muertos. Todos los profetas dan testimonio de Г©l, declarando que los que creen en Г©l reciben el perdГіn de los pecados, en virtud de su NombreВ» (Hc 10:39-43).

Como dice el evangelio de San Juan, libro pleno de sГ­mbolos, en la noche entre el jueves y el viernes que precedieron inmediatamente a su pasiГіn y muerte, JesГєs, durante la Гєltima cena, enseГ±a y tranquiliza a los suyos y tambiГ©n los instruye con una acciГіn: lavГЎndoles los pies. Ese lavatorio es en primer lugar un emblema de la pasiГіn y muerte que ya estГЎn prГіximas: a diferencia de los demГЎs evangelios, el de Juan presenta toda la pasiГіn de Cristo como una marcha triunfal hacia la glorificaciГіn, la misma cruz es su trono de rey del universo, el sufrimiento psicolГіgico y fГ­sico se simboliza en sГ­ntesis en el lavado de los pies de los suyos. Pero no hay solo un sГ­mbolo en esa acciГіn. Con ella, JesГєs da alegГіricamente la mГЎs grande de las enseГ±anzas, que ratificarГЎ de inmediato con palabras: el mandamiento nuevo del servicio al prГіjimo, que es una manifestaciГіn de amor, no solo hacia el igual, sino hacia Dios, ese Dios infinito que el hombre, en su propia limitaciГіn, no puede amar-adorar adecuadamente si no es indirectamente, queriendo el bien para todos los seres humanos que encuentra y en los cuales se refleja JesГєs-Dios.



Según el evangelio de San Mateo, Cristo ya había dicho a los suyos: «Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria rodeado de todos los ángeles, se sentará en su trono glorioso. Todas las naciones serán reunidas en su presencia, y él separará a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos, y pondrá a aquellas a su derecha y a estos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los que tenga a su derecha: “Venid, benditos de mi Padre, y recibid en herencia el Reino que os fue preparado desde el comienzo del mundo, porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; estaba de paso, y me alojasteis; desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; preso, y me vinisteis a ver". Los justos le responderán: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos de paso, y te alojamos; desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o preso, y fuimos a verte?" Y el Rey les responderá: "Os aseguro que cada vez que lo hicisteis con el más pequeño de mis hermanos, lo hicisteis conmigo”» (Mt 25:31-40).


El episodio del lavado de pies se cuenta en el evangelio de San Juan: «Antes de la fiesta de Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre, él, que había amado a los suyos que quedaban en el mundo, los amó hasta el fin. Durante la Cena, cuando el demonio ya había inspirado a Judas Iscariote, hijo de Simón, el propósito de entregarlo, sabiendo Jesús que el Padre había puesto todo en sus manos y que él había venido de Dios y volvía a Dios, se levantó de la mesa, se quitó el manto y tomando una toalla se la ató a la cintura. Luego echó agua en un recipiente y empezó a lavar los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla que tenía en la cintura». (Jn 13:1-5). «Después de haberles lavado los pies, se puso el manto, volvió a la mesa y les dijo: “¿entendéis lo que acabo de hacer con vosotros?”» (Jn 13:12). He omitido los versículos 6 a 11 que aquí no nos interesan.

No sé si el lector ha advertido que Juan Evangelista, por lo que parece no se ha acordado de quitarle el mandil a Jesús: mientras que al aprestarse a servir a sus amigos Cristo se levantó, se quitó la ropa (símbolo de su muerte corporal) y se puso la toalla-mandil a la cintura, tras terminar la acción se vuelve a poner la ropa (símbolo de la resurrección de su cuerpo, en forma gloriosa y espiritual, como dice el Nuevo Testamento en la Primera Carta a los Corintios paulina) y vuelve al comedor, pero el mandil, no se lo quita en ningún momento. Es verdad que esta omisión se ha advertido en la exégesis bíblica (cf. Alberto Maggi, texto de su conferencia «Il Dio impotente», cit.) que ha evidenciado su importancia teológica: no es en realidad un olvido, que tanto San Juan como los demás evangelistas hayan omitido o insertado por casualidad, sino que es a su vez un símbolo, no solo sutil, en su discurso, como el quitarse y volverse a poner el manto, sino que en el hecho de omitir emblemáticamente que se quite el mandil con el que ha lavado los pies de los discípulos. Jesús nunca se lo quitará, porque Él siempre estará al servicio de los hombres, no solo como hombre en su vida terrenal, sino asimismo como Dios: se ha despojado de la apariencia de su majestad infinita para servir a los hombres, hijos del Padre y sus amigos fraternos. En otro lugar del evangelio de San Juan se lee: «Ya no los llamo servidores, porque el servidor ignora lo que hace su señor; yo los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que oí de mi Padre» (Jn 15:15). He escrito la apariencia porque en el servir por amor, hay que destacar verdaderamente, no hay humillación, sino elevación, como Jesús ya ha explicado a los apóstoles en el evangelio de San Marcos (Mc 9:35), antes de la última cena: «Entonces, sentándose, llamó a los Doce y les dijo: “El que quiera ser el primero, debe hacerse el último de todos y el servidor de todos”». Cristo atestigua así que su majestad divina se basa en el amor y, por tanto, si el ser humano quiere divinizarse en Él, el Dios-Hijo, debe a su vez servir al prójimo, exactamente igual que Él. Jesús no hace nada por sí mismo, se lo ha visto hacer al Padre, que, para el cristianismo, constituye con el Hijo y el Espíritu Santo un único y solo Dios.



El EspГ­ritu Santo, segГєn el misterio trinitario cristiano, es tanto EspГ­ritu del Padre que ama al Hijo como EspГ­ritu del Hijo que ama al Padre, pero se distingue en cuanto es verdadera Persona divina y no sentimiento, en cuanto es Amor infinito y lo infinito solo es divino. AdemГЎs, este Amor infinito se desborda, segГєn la teologГ­a cristiana, sobre los seres humanos, llamados a la divinizaciГіn en lo eterno en la persona del Hijo glorioso, gracias al sacrificio del mismo Hijo encarnado.


Cristo procede de la Primera Persona y es Dios Гєnico con el mismo Padre y con el EspГ­ritu Santo. Dice a sus discГ­pulos: В«El que me ha visto, ha visto al PadreВ» (Jn 14:9); В«El que cree en mГ­, en realidad no cree en mГ­, sino en aquel que me enviГі. Y el que me ve, ve al que me enviГіВ» (Jn 12:44-45). Por tanto, el lavado de pies se desarrolla en primer lugar desde el Ser del Padre, en el sentido de actitud espiritual, de que servir al hombre forma parte de su propia esencia. Es algo inusitado, incluso escandaloso en tiempos de JesГєs, segГєn la Ley de la Г©lite de Israel, es decir, quienes pertenecen o se mueven en torno al templo y el sanedrГ­n, una especie de senado polГ­tico y religioso en JerusalГ©n. Estos enseГ±an que YahvГ© es el legislador y juez omnipotente, la suma majestad que ni siquiera puede nombrarse, la divinidad a la que todos deben servir incondicionalmente con temor y afirman que, si alguien traiciona ese deber, Dios lo castiga, en primer lugar, enviando desgracias y enfermedades al propio infiel y a sus descendientes y luego no concediГ©ndole la vida eterna.



Sin embargo, no todos los jefes de Israel creen en la supervivencia despuГ©s de la muerte: solo los miembros del partido de los fariseos. La idea de la resurrecciГіn de los muertos no es muy antigua, solo apareciГі entre los hebreos hacia el siglo II a.C, y todavГ­a en los tiempos de JesГєs el vГ©rtice de la Г©lite religiosa de Israel, es decir, los saduceos, de cuya secta vienen los sacerdotes del templo de JerusalГ©n, piensa que premios y castigos, tanto para el afectado como para sus descendientes, se dan en esta vida y que despuГ©s de la muerte no hay nada. La vida eterna es un concepto estrictamente fariseo y de la secta de los fariseos pasГі al pueblo y es en esta tradiciГіn en la que se inserta, innovando, Jesucristo, que, segГєn el cristianismo, es el primero entre los resucitados y la causa de la resurrecciГіn de todos los demГЎs.


Antiguamente, la impresiГіn comГєn era que la lepra era la peor de las enfermedades, no solo porque en aquel entonces era incurable, sino tambiГ©n porque se consideraba un castigo divino por los pecados mГЎs graves. La Torah, es decir, la Ley hebrea, Impone al leproso un aislamiento absoluto del resto del pueblo. Es un marginado que, al salir a la calle, debe gritar a todos su estado, para que se retiren a su paso, no solo para no contagiarse, sino, ante todo, sino para que no se produzca una impureza religiosa y no se pueda volver a adorar a Dios en el templo, salvo despuГ©s de una larga serie de actos de purificaciГіn: el orden se habГ­a invertido con el paso del tiempo y el verdadero objetivo, la salud general, que habГ­a sido cubierto por la religiГіn por los antiguos sacerdotes para favorecer la obediencia de la norma, se convirtiГі en secundario, de forma que el medio se convirtiГі en fin. Por tanto, en los tiempos de JesГєs, el leproso se veГ­a como un pecador imperdonable y ya muerto para la sociedad. Cristo, al iniciar su vida pГєblica, de una seГ±al primera y muy fuerte de que es realmente Dios curando a un leproso y, ademГЎs, aun siendo este impuro segГєn la mentalidad vigente, lo toca, siendo intocable, con gran escГЎndalo de los biempensantes de aquel tiempo. Se empeГ±a, en resumen, en dar la vuelta a la mentalidad social: Dios, por amor, se pone voluntariamente al servicio de los hombres y no pide que le sirvan, sino que le imiten; la pureza e impureza estГЎn en las decisiones buenas o malas y no en ninguna otra cosa. ВЎImaginГ©monos cГіmo pudieron acoger esta RevelaciГіn los sacerdotes y los escribas-fariseos! En el cristianismo, como dicen los Hechos de los ApГіstoles: В«El Dios que ha hecho el mundo y todo lo que hay en Г©l no habita en templos hechos por manos de hombre, porque es el SeГ±or del cielo y de la tierra. Tampoco puede ser servido por manos humanas como si tuviera necesidad de algo, ya que Г‰l da a todos la vida, el aliento y todas las cosasВ» (Hc 17:24-25). ВїDГіnde acabarГ­a entonces el poder de los sacerdotes, que al trabajar en el templo actГєan como intermediarios con la Divinidad? ВїDГіnde el de los escribas, es decir, los doctores de la Ley? El Nuevo Testamento en la primera epГ­stola de San Pedro, no dice que la Iglesia es enteramente un pueblo de sacerdotes: В«Vosotros, en cambio, sois una raza elegida, un sacerdocio real, una naciГіn santa, un pueblo adquirido para anunciar las maravillas de aquel que los llamГі de las tinieblas a su luz admirableВ» (1 Pd 2:9). Como todos los cristianos forman parte de la Iglesia, por tanto, todos son sacerdotes, e incluso el creyente laico puede dirigirse directamente a Dios, ya no hay necesidad de intermediarios poderosos y a sueldo, como en Israel. Con el cristianismo ya solo existe la figura del presbГ­tero, literalmente el anciano, el Гєnico habilitado por la Iglesia para consagrar la EucaristГ­a, pero ya no la del sacerdote que ofrece animales en sacrificio a YahvГ© en nombre de los fieles. En la EucaristГ­a, el cristiano creyente y practicante se siente y estГЎ realmente en comuniГіn directa con Dios: hablo de catГіlicos y ortodoxos y en general aquellos fieles que creen en la presencia real de Cristo resucitado en el pan y el vino consagrados.



Normalmente los protestantes consideran la EucaristГ­a como un simple recuerdo de la Гєltima cena de JesГєs. No lo luteranos, ya que, para Lutero, Cristo estaba realmente presente en la propia EucaristГ­a, segГєn lo que llamaba la consustanciaciГіn: para Г©l, la sustancia del pan y el vino permanecГ­a invariable, pero a ella se aГ±adГ­a la presencia real de Cristo tras la consagraciГіn.


Este Dios que ama sin condiciones es una idea perturbadora que libera finalmente del temor y llena de alegrГ­a a los miembros de la primera Iglesia, pero que es tan contraria al sentido comГєn que, despuГ©s de un tiempo no muy largo, se nubla en no pocos cristianos, a pesar de estar tan claramente escrita en el Nuevo Testamento.




Un Dios mal entendido


TodavГ­a hoy hay creyentes que entienden a Dios mГЎs como se concebГ­a antes del cristianismo que como lo presenta JesГєs en los evangelios: no el Dios que llena de maravilla porque es totalmente distinto del que concibe la mente humana, sino dibujado a imitaciГіn del egocГ©ntrico del hombre. En el fondo, Dios es concebido por esos cristianos como el YahvГ© irritable y a menudo ofendido de muchos versГ­culos del Antiguo Testamento (aunque la figura del Dios amoroso no estГЎ tampoco ausente en Г©l, como he indicado en la obra ya citada El viento del amor: Una aproximaciГіn histГіrica a la revelaciГіn progresiva del Dios-Amor en el Primer Testamento.

Si parte de los fieles ven a Dios como la severa y a veces airada Divinidad presentada en los acontecimientos veterotestamentarios, entre los ateos, término, por otro lado, bastante genérico,[7 - A propósito de la palabra «ateos» y otros términos análogos, la constitución pastoral Gaudium et Spes dice: «La palabra “ateísmo” designa realidades muy diversas. Unos niegan a Dios expresamente. Otros afirman que nada puede decirse acerca de Dios. Los hay que someten la cuestión teológica a un análisis metodológico tal, que reputa como inútil el propio planteamiento de la cuestión. Muchos, rebasando indebidamente los límites sobre esta base puramente científica o, por el contrario, rechazan sin excepción toda verdad absoluta. Hay quienes exaltan tanto al hombre, que dejan sin contenido la fe en Dios, ya que les interesa más, a lo que parece, la afirmación del hombre que la negación de Dios. Hay quienes imaginan un Dios por ellos rechazado, que nada tiene que ver con el Dios del Evangelio. Otros ni siquiera se plantean la cuestión de la existencia de Dios, porque, al parecer, no sienten inquietud religiosa alguna y no perciben el motivo de preocuparse por el hecho religiosos. Además, el ateísmo nace a veces como violenta protesta contra la existencia del mal en el mundo o como adjudicación indebida del carácter absoluto a ciertos bienes humanos que son considerados prácticamente como sucedáneos de Dios. La misma civilización actual, no en sí misma, pero sí por su sobrecarga de apego a la tierra, puede dificultar en grado notable el acceso del hombre a Dios» (Concilio Vaticano II, constitución pastoral Gaudium et spes, 7, parte I, capítulo I, número 19).] hay quienes imaginan además que el Dios de los cristianos no es muy distinto de un Zeus o un Baal, o sea, como un dios pagano que desprecia a los seres humanos y está siempre listo para castigar a quien no rinda culto a la perfección o destaca por cualquier buena cualidad. Para estas personas, Dios no existe, porque, si existiera, sería, por tanto, solo un tirano prepotente para los hombres, amenazándolos con el infierno por cualquier error y, por tanto, al ser por el contrario Dios perfecto por definición y, por tanto, bueno, para ellos Dios no puede existir.

Encontramos una mentalidad similar en una categorГ­a particular de creyentes, la de los adoradores del diablo, quienes, a diferencia de los anteriores, creen en la existencia de Dios, pero, entendiendo mal su figura, como los primeros, y, en nombre de una presunta libertad del tirano divino, eligen acabar en la muerte eterna: exactamente en el infierno. Este se entiende normalmente, al contrario que en ateos y agnГіsticos, no como la privaciГіn de Dios (es decir, la nada, porque todo existir estГЎ en Dios), sino literalmente, al estilo de Dante, por decirlo asГ­.



Estudios derivados del Vaticano II han despejado lugares comunes que se habían acumulado a lo largo de los siglos, entre ellos entender obligatoriamente el infierno al pie de la letra. Pero resulta lamentable que estos argumentos se hayan difundido tan poco, incluso entre los creyentes. He intentado en su momento hacerlos menos desconocidos en el ensayo La vita eterna – Saggio sull’immortalità tra Dio e l’uomo, Prospettiva Editrice, 2002. Está descatalogado desde hace mucho tiempo, aunque se puede encontrar la misma argumentación en otra obra mía bastante más reciente, editada por Tektime en libro y e-book: La transformación: Sobre el cuerpo glorioso espiritual y sobre la nada eterna infernal.


En el fondo, esta idea de una divinidad autoritaria y las sociedades jerГЎrquicas humanas que brotaban en el pasado y todavГ­a derivan en cierto monoteГ­smo no cristiano, no hacen mГЎs que reflejar la situaciГіn que es la norma para los animales en la naturaleza: la manada bajo el jefe de la manada, las abejas estГ©riles al servicio de la abeja reina productora de huevos, etcГ©tera. Se trata de aspectos naturales con los que el seguidor de Cristo debe guardar distancia si quiere ser verdaderamente cristiano. La encarnaciГіn de Cristo lo ha liberado de la esclavitud de su parte animal egocГ©ntrica, de aquel pecado original que lo impedГ­a ascender a Dios, porque lo inducГ­a a considerarse el centro del mundo y a defender, justamente como un animal, su territorio exclusivo. Si se mira bien, esta toma de distancia de la animalidad deberГ­a valer, prescindiendo de un credo religioso, no solo para los seguidores de JesГєs, sino asimismo para cualquiera que desee que su vida sea mГЎs serena, es decir, yo dirГ­a que para todos.

Por otro lado, el mito roussoniano del buen salvaje en la buena madre naturaleza no estГЎ aГєn en vГ­as de extinciГіn, a pesar de la idea contraria de muchas mentes geniales, incluidos no creyentes, como la de Leopardi, para quien, como es sabido, la naturaleza era una mala madrastra. Giacomo Leopardi, como ya he indicado en el prГіlogo, era un gran lector del libro del EclesiastГ©s, del Antiguo Testamento, segГєn el cual todo es vano e incluso el hombre es vanidad destinada a desaparecer como todo lo demГЎs. Estaba bautizado, pero no era creyente, mientras que solo a la luz de Cristo Salvador tiene un sentido claro la inserciГіn del EclesiastГ©s en la Biblia cristiana, para indicar cuГЎl serГ­a la situaciГіn del hombre sin Cristo. Sin embargo, si falta Su luz, el EclesiastГ©s puede inducir al pesimismo: este es uno de los motivos por los que el cristiano debe estudiar primero a fondo el Nuevo Testamento y luego pasar al Antiguo.

Ya que, segГєn el judaГ­smo y el cristianismo, para el Creador todo lo creado es bueno y bello, como afirma el mismo Dios al inicio del GГ©nesis, nos podrГ­amos preguntar: ВїNo es posible que esto estГ© en contradicciГіn con cuanto se ha dicho a propГіsito de la animalidad en el hombre que debe refrenarse por medio de su espiritualidad? La respuesta es negativa: por el contrario, la doctrina (al menos para los catГіlicos desde el Concilio de Trento) es que, a pesar del bautismo, queda en el cristiano la llamada concupiscencia, es decir, la actitud natural de satisfacer el egoГ­smo propio. ВїPor quГ© queda? Porque es gracias a este instinto animal por lo que el ser humano puede elegir pecar en vez de amar, por lo que es libre y no un tГ­tere y la libertad es bien, mientras que serГ­a malo ser un fantoche, aunque sea gozoso. Volveremos sobre esto en la siguiente secciГіn. Se puede aГ±adir de inmediato que, por otra parte, hay seres humanos que preferirГ­an ser mГЎs bien tontos que sufrir psicolГіgicamente las dificultades de la vida, personas que, para olvidarla, pueden buscar aturdirse con el abuso del alcohol o de drogas. Sin embargo, persiste el hecho de que la libertad es un bien en sГ­ mismo.

Hay que evitar entender literalmente esos pasajes del GГ©nesis en los cuales, al pecar, AdГЎn destruye su equilibrio y el de la naturaleza en la cual habГ­a sido creado y de la cual Dios estaba satisfecho al inicio, pero ya no despuГ©s del pecado. En realidad, la interpretaciГіn mГЎs reciente de ese mismo pasaje considera que el inspirado autor anГіnimo quiso simbolizar en la felicidad del EdГ©n de AdГЎn y Eva esa buena sociedad que nunca ha existido, pero que existirГ­a si los hombres no pecaran: el pecado de AdГЎn, que equivale al del Hombre, es el arquetipo de los todos los pecados de los seres humanos de todos los tiempos, asГ­ que, sustancialmente, el autor nos invita a construir un paraГ­so terrestre aquГ­ y ahora rechazando el pecado.




El dios Casual: ВїPor quГ© el dolor?


Como indica Rémy Chauvin, biólogo docente en la Sorbona y ya director del Centro para la Investigación de Francia, en su interesante obra Dios de las hormigas, Dios de las estrellas,[8 - Rémy Chauvin, Dios de las hormigas, Dios de las estrellas, traducción de Rafael Lassaletta Cano, cit.] la violencia en la naturaleza con el animal que devora a animal (y, añado, hombre que agrede a hombre cuando se abandona al instinto bestial) «empuja a muchos hacia los altares del dios Casual, igualmente cruel, pero al menos no inteligente. Se trata de una objeción enorme, que nos tortura desde hace milenios. Mentes excelsas se han ocupado del problema y han concluido que todo el sufrimiento deriva de la finitud de la materia. Es el ser incompletos lo que genera el dolor: un animal debe nutrirse para sobrevivir y, al hacerlo, muy a menudo devora a otros «animales» y aquí Chauvin pone sobre la mesa los autótrofos, bacterias que, caso único, se nutren de minerales y no de otros seres vivientes. Plantea así al lector la pregunta retórica: «¿Por qué el Constructor no ha creado solo seres autótrofos?» La respuesta que da se concilia muy bien con el cristianismo. Responde que «esto se debe a que la inteligencia, que se configura como uno de los objetivos esenciales de la evolución, no habría podido desarrollarse si no es en heterótrofos (como el hombre – N. del a.) (…) Si el Constructor ha podido tolerar el sufrimiento tanto animal como humano para que el cosmos pudiera dar a luz la inteligencia, eso quiere decir esa es realmente una cualidad esencial».

Tengo que puntualizar, remitiГ©ndome a la secciГіn anterior, que es parte de la fe del cristianismo antiguo y todavГ­a de hoy para catГіlicos y ortodoxos, que el hombre ha sido creado libre para que elija en conciencia entre el bien y el mal gracias a su inteligencia.



Hay que entender por quГ© cerca de 1500 aГ±os despuГ©s del inicio del cristianismo Lutero y Calvino proclaman, mucho mГЎs allГЎ de los claroscuros de San AgustГ­n, la predestinaciГіn y, en esta ausencia de libertad del hombre, anulan la belleza de ser libres y todos hijos de Dios.


Por tanto, la inteligencia es indispensable para el ejercicio de la libertad mientras que (Chauvin) el dolor en la naturaleza es indispensable para la inteligencia.

Es verdad que, como escribe el científico, quedan ocultas las razones de fondo del Creador al construir el universo tal y como es. Por ejemplo, se ignora por qué habría elegido muchas veces procedimientos biológicos tan complicados, como «los increíbles mecanismos que caracterizan la fecundación de las orquídeas» y por qué habría ordenado de modo repelente ciertos procesos, como el desarrollo y supervivencia de un parásito como la tenia humana: «¿Qué buscan los parásitos en sus inverosímiles migraciones en lo más íntimo de los seres vivientes?» En todo caso, lo que verdaderamente debe importar a quien tenga fe en la Revelación judeocristiana es saber que, como ya nos decía la experiencia y ha confirmado la biología, para la inteligencia, y por tanto para la libertad, son necesarias las tribulaciones y Dios nos ha creado libres y no guiñoles indignos. Porque, como dice San Juan en su primera epístola, Él es Amor: «Queridos míos, amémonos los unos a los otros, porque el amor procede de Dios, y el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor» (1 Jn 4:7-8). Quien ama de verdad no puede querer la esclavitud del amado y menos aún puede quererla Dios, el perfecto por definición y el Amor en Persona. Según el cristianismo, la intención de fondo del Creador es divinizarnos, igual que es eternamente humana y divina la Segunda Persona de la Trinidad, el Hijo: Dios no se hace hombre, sino que ES hombre en su mismo Ser eterno. La vía a nuestra divinización consiste en la experiencia común en la tierra tan de Dios como nuestra, una experiencia de libertad y, por eso, también para el mismo Dios de riesgo y sufrimiento hasta la muerte y consiste en su resurrección, que, siempre en comunión de vida con nosotros, tiene como consecuencia nuestra asunción individual después de la muerte hasta su sempiterna vida divina. Muchos no saben estas cosas con claridad: incluso muchos cristianos conocen poco del cristianismo y, ese poco, bastante mal.




La causa de los equГ­vocos sobre Dioses la ignorancia sobre el cristianismo


El Concilio Vaticano II ha afirmado que entre las causas del rechazo a Dios por parte de no pocas personas estГЎ la incapacidad de muchos creyentes de explicar a los demГЎs el verdadero Dios de JesГєs, porque son las primeras en no conocerlo de verdad y, a veces, incluso en confundirlo con una especia de monarca celeste absoluto:



«(…) en esta génesis del ateísmo pueden tener parte no pequeña los propios creyentes, en cuanto que, con el descuido de la educación religiosa, o con la exposición inadecuada de la doctrina, o incluso con los defectos de su vida religiosa, moral y social, han velado más bien que revelado el genuino rostro de Dios y de la religión».[9 - Concilio Vaticano II, constitución pastoral Gaudium et spes, 7, parte I, capítulo I, número 19.]


En el cristianismo que tiene sus raГ­ces en la Iglesia antigua, es decir, el catГіlico y el ortodoxo, existe la prГЎctica de dirigirse a los santos a fin de que intercedan ante Dios. Esa prГЎctica se dirigГ­a al principio solo a los mГЎrtires, pero la veneraciГіn pasГі enseguida a personas que vivieron siguiendo el ejemplo de Cristo, aunque murieran de forma natural. Al contrario de lo que piensan los protestantes, esta prГЎctica no es blasfema, porque se refiere a la idea cristiana de la vida eterna de los santos divinizados gracias a Cristo, contenida en particular en la primera epГ­stola de San Juan: se trata de una comuniГіn de personas santas en la divina del Hijo, por lo que dirigirse a un santo es como dirigirse directamente a Dios.



Para el cristianismo, cada santo mantiene su yo y no se confunde, despersonalizГЎndose, en el Divino, al contrario que algunas filosofГ­as y religiones orientales.



Evidentemente, hay que rechazar los casos en los que se pierde el lГ­mite, llegando a considerar a los santos y las santas como autores personales de las llamadas gracias o, incluso, mГЎs poderosos que Dios. Por otra parte, ciertas personas, aunque consideran a los santos inferiores al SeГ±or, ven el MГЎs AllГЎ un poco como una corte real en la que los cortesanos pueden inducir al soberano a la benevolencia hacia aquellos a los que protegen: en esos casos la oraciГіn indirecta tiene como base la idea de un Dios autoritario al que implorar con temor valiГ©ndose de las recomendaciones de personas santas que le agraden, una actitud que, como enseГ±an los evangelios, Jesucristo no desea en absoluto: el don del EspГ­ritu Santo llamado temor de Dios no tiene nada que ver con la sumisiГіn por miedo. No es seguramente el estado de ГЎnimo que en el GГ©nesis empuja a AdГЎn y Eva, despuГ©s de pecar a В«esconderse del SeГ±or Dios en medio de los ГЎrboles del jardГ­nВ».[10 - Gen 3:8.] El temor de Dios no excluye la inquietud cuando se ha cometido una culpa y antes de la reparaciГіn, sino que es en todo caso algo positivo, es ese encomendarse al EspГ­ritu de Dios que purifica segГєn la exhortaciГіn de San Pablo: В«Queridos hermanos, purifiquГ©monos de todo lo que mancha el cuerpo o el espГ­ritu, llevando a tГ©rmino la obra de nuestra santificaciГіn en el temor de DiosВ».[11 - 2 Cor 7:1.]

En un pasado no muy lejano, la actitud de preocupado sometimiento recibГ­a incluso el apoyo del magisterio de la Iglesia. Como recuerdo por experiencia directa, siendo muy pequeГ±o, todavГ­a en los aГ±os 50 del siglo XX, aГєn un poco antes del Гєltimo concilio ecumГ©nico, el catecismo del papa PГ­o X, que, con siete aГ±os, tenГ­a que estudiar de memoria en sus partes principales para demostrar que conocГ­a las bases principales del cristianismo y poder asГ­ acceder a la primera comuniГіn y la confirmaciГіn, decГ­a entre otras cosas:

13. ВїPara quГ© nos ha creado Dios?

Dios nos ha creado para conocerlo, amarlo y servirlo en esta vida y para gozarlo luego en la otra en el ParaГ­so.

(…)

15. ВїQuiГ©n se merece el ParaГ­so?

Se merece el paraГ­so el que es bueno, es decir, quien ama y sirve fielmente a Dios y muere en su gracia.

Un Dios que quiere que le sirvan no es ese Dios amoroso de Cristo, es el duro YahvГ© de la Ley de ciertos pasajes veterotestamentarios y, sin embargo, estando la idea fijada en las mentes de los fieles desde niГ±os, era precisamente el SeГ±or-PatrГіn que se continuaba imaginando de adultos, con tantos pasos consecuentes al descreimiento susceptible o, al menos a la indiferencia agnГіstica: lo afirmo por experiencia directa, con una posterior recuperaciГіn y seguida por una vuelta, aunque en la madurez, a los orГ­genes, gracias a muchas lecturas de estudios postconciliares sobre el cristianismo. Creo que, antes de aquel concilio, no mucho sentГ­an un verdadero deseo de amar a Dios y que mГЎs bien se trataba de un temor reverencial por parte de quienes continuaban creyendo y practicando. Sobre todo, el precepto de conocer al SeГ±or (no confundir con el PatrГіn) lo traicionaban precisamente los redactores del mismo catecismo, pues ellos mostraban un Ser egocГ©ntrico, que querГ­a el homenaje de los seres humanos, creados para sus propios fines, un Dios que, al cabo, como un antiguo soberano, recompensaba eternamente a quien le hubiera servido bien, lo que equivale a decir, dada la debilidad del hombre, casi ninguno, mientras que todos los demГЎs no eran admitidos en el paraГ­so.




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notes



1


Cristianesimo e Gnosticismo: 2000 anni di sfida, Prospettiva Editrice, 2003-2007. Descatalogado y cuyos derechos volvieron al autor el 1 de enero de 2008.




2


1В Jn 4:8 y 4:16.




3


El viento del amor: Una aproximaciГіn histГіrica a la revelaciГіn progresiva del Dios-Amor en el Primer Testamento, 2019, Tektime Editore В© Guido Pagliarino.




4


ConstituciГіn dogmГЎtica Dei Verbum sobre la divina RevelaciГіn, nn. 14, 15, 16.




5


IbГ­d. n. 12.




6


Gal 3:19 y 3:25.




7


A propósito de la palabra «ateos» y otros términos análogos, la constitución pastoral Gaudium et Spes dice: «La palabra “ateísmo” designa realidades muy diversas. Unos niegan a Dios expresamente. Otros afirman que nada puede decirse acerca de Dios. Los hay que someten la cuestión teológica a un análisis metodológico tal, que reputa como inútil el propio planteamiento de la cuestión. Muchos, rebasando indebidamente los límites sobre esta base puramente científica o, por el contrario, rechazan sin excepción toda verdad absoluta. Hay quienes exaltan tanto al hombre, que dejan sin contenido la fe en Dios, ya que les interesa más, a lo que parece, la afirmación del hombre que la negación de Dios. Hay quienes imaginan un Dios por ellos rechazado, que nada tiene que ver con el Dios del Evangelio. Otros ni siquiera se plantean la cuestión de la existencia de Dios, porque, al parecer, no sienten inquietud religiosa alguna y no perciben el motivo de preocuparse por el hecho religiosos. Además, el ateísmo nace a veces como violenta protesta contra la existencia del mal en el mundo o como adjudicación indebida del carácter absoluto a ciertos bienes humanos que son considerados prácticamente como sucedáneos de Dios. La misma civilización actual, no en sí misma, pero sí por su sobrecarga de apego a la tierra, puede dificultar en grado notable el acceso del hombre a Dios» (Concilio Vaticano II, constitución pastoral Gaudium et spes, 7, parte I, capítulo I, número 19).




8


RГ©my Chauvin, Dios de las hormigas, Dios de las estrellas, traducciГіn de Rafael Lassaletta Cano, cit.




9


Concilio Vaticano II, constituciГіn pastoral Gaudium et spes, 7, parte I, capГ­tulo I, nГєmero 19.




10


Gen 3:8.




11


2 Cor 7:1.



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